100 poemas de amor

A. se acaba de marchar lo he despedido en el muelle, minutos antes de que se fuera nos abrazábamos como si fuera a acabarse el mundo esta misma tarde, le iba a decir te quiero mientras me miraba a los ojos, pero antes de que yo lo hiciera el me dijo:- yo también. Todas las personas se habían subido al barco, la azafata nos advirtió de que iba a zarpar, así que le entregó la targeta de embarque y cuando ya parecía que iba a subir se dió la vuelta y me besó, la escena parecía de película, todo el mundo subido al barco esperando a que los dos nos lograramos separar, ya abordo me miraba desde lo alto, yo pensaba... que guapo es, es tan,tan... todo.

Estos seis días que he pasado con él, han sido preciosos, la verdad es que se puede decir que han sido mis primeras vacaciones de verdad durante ya mucho tiempo, por el día estábamos juntos y a las diez volvía para que mi abuela no se precupara demasiado y se estuviera despierta pensando a que hora voy a llegar. Quizás eso lo hacía más especial, porque era como si estuviera viviendo el cuento de la cenicienta a la que a las 10 la carrocería se le convierte en pure de calabacín.

Quizás tiene razón mi prima S. puede ser que esta vez me haya enamorado de verdad, pero no se quizás es porque cuando dejamos de amar no recordamos como nos enamoramos antes y cada vez que lo hacemos es de una forma diferente.

Aquí ya reina el silencio de nuevo, ya se han ido mis primas y tios y bueno, sólo quedan los residentes de la isla, que cada cual vive en su casa, salvo mi padre que habita con mi abuela, que como digo yo, mientras lo siga cuidando tan bien, ninguna mujer le parecerá lo suficientemente buena como para rehacer su vida. La verdad es que me preocupa mi padre y mi tío J. un problema los ha distaciado y mi padre se muestra un poco distante con él, cuando fui a cenar con mi tío me di cuenta de que lo estaba pasando mal, he hablado con mi padre de eso y le hecho prometerme que lo llamaría para arreglar las cosas.


Con el tema de las prácticas todo sigue igual, yo sigo igual de patosa y mi monitor sigue igual de pegado al móvil, me pone del higado con el pi pi del mensaje cada 300 metros, me da ganas de agarrarle el movil y tirárselo por la ventana, ¿pero este hombre no se da cuenta de que nos vamos a estampar en cualquier farola?